WASHINGTON.— El objetivo de la misión es recuperar el liderazgo y la credibilidad de Estados Unidos en el mundo, rescatar la maltrecha alianza transatlántica con Europa y terminar con el frecuente desdén en las relaciones con América Latina. Una tarea que, hasta hace muy poco, parecía hecha a la medida del actual gobernador de Nuevo México, Bill Richardson; del senador republicano por Nebraska, Chuck Hagel, o del ex candidato demócrata a la Presidencia, John Kerry.
Hasta que se cruzó en su camino Hillary Clinton, que en el curso de las últimas horas se ha perfilado como la más adelantada candidata para convertirse en la futura secretaria de Estado o “Miss Foggybottom”, en alusión al barrio residencial donde se ubican los cuarteles del Departamento de Estado.
Las conversaciones entre el presidente electo de EU, Barack Obama, y la senadora por Nueva York, Hillary Clinton, sobre la posibilidad de que ella se ocupe del Departamento de Estado en su próximo Gobierno “son serias”. Así lo indicó ayer la cadena de televisión CNN, que citó fuentes del Partido Demócrata, al referirse al contenido de la reunión del jueves en Chicago entre Obama y Clinton, y sobre el que la senadora ha preferido no hablar.
La posible designación de la senadora por Nueva York como la máxima representante de la política exterior de EU ha sido considerada por un nutrido grupo de expertos como una decisión que permitirá a Obama apurar el proceso de reconciliación al interior del Partido Demócrata y mantener a prudente distancia a una poderosa aliada.
“Con Hillary Clinton en el Departamento de Estado y en permanentes misiones por el mundo, Obama no tendrá que preocuparse por la continua presencia de los Clinton, particularmente de Bill, en la Casa Blanca”, consideró el analista diplomático Gideon Rachman. Además, Obama tendría la oportunidad de cerrar de una vez por todas las cicatrices de una larga y amarga confrontación con el clan de los Clinton, a quienes arrebató la oportunidad de regresar por un tercer mandato a la Casa Blanca.
Las versiones sobre el fichaje de Hillary como miembro destacado de la administración Obama trascendieron después de la sorpresiva entrevista que mantuvieron Clinton y el presidente electo a última hora del jueves, en Chicago. Pero la designación de Hillary no es tan segura, pues Obama también se reunió ayer con Richardson en la misma ciudad, informaron fuentes demócratas que pidieron permanecer en el anonimato.
“Pregúntenle a Barack Obama”, respondió Hillary a los periodistas que la acribillaron a preguntas. “No voy a especular ni a decir nada sobre la próxima administración del presidente electo. Voy a respetar su proceso”, añadió Clinton durante un acto celebrado en Albany, en el estado de Nueva York.
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