La presidenta argentina, Cristina Fernández, inició este domingo una gira de siete días por el norte de África en un momento delicado para su país desde el punto de vista económico, político y diplomático.
Su visita de negocios a Argelia, Túnez, Libia y Egipto se produce cuando los signos de contagio de la crisis financiera internacional se han hecho más evidentes en Argentina, la tercera economía latinoamericana.
Asimismo, Fernández se ausenta del país justamente en la semana en la que el Senado se dispone a convertir en ley su polémico plan de estatizar los fondos privados de pensiones.
Se trata de la primera visita de la mandataria a África desde que tomó posesión en diciembre de 2007 y sigue a su participación en la cumbre del G-20 en Washington.
¿Ausencia estratégica?
Su visita de negocios a Argelia, Túnez, Libia y Egipto se produce cuando los signos de contagio de la crisis financiera internacional se han hecho más evidentes en Argentina, la tercera economía latinoamericana.
Asimismo, Fernández se ausenta del país justamente en la semana en la que el Senado se dispone a convertir en ley su polémico plan de estatizar los fondos privados de pensiones.
Se trata de la primera visita de la mandataria a África desde que tomó posesión en diciembre de 2007 y sigue a su participación en la cumbre del G-20 en Washington.
¿Ausencia estratégica?
La semana elegida por Fernández para viajar a África ha dado lugar a especulaciones sobre si su lejanía del país es oportuna o no.
Es que la mandataria no estará presente en Buenos Aires el jueves, justo cuando el Senado tiene previsto convertir en ley el traspaso de las jubilaciones privadas al Estado, ya aprobado por la Cámara de Diputados.
Se trata de un proyecto considerado clave por el gobierno y que, al mismo tiempo, ha dividido a los argentinos entre quienes defienden la medida por considerar que los fondos de pensión son un "resabio del neoliberalismo" y quienes la rechazan por tratarse de un supuesto "saqueo" para colmar las arcas públicas.
El Senado ha sido, precisamente, el escenario de uno de los mayores reveses políticos que ha sufrido el oficialismo este año.
A mediados de julio, la Cámara alta rechazó -con el sorpresivo desempate del vicepresidente de la nación, Julio Cobos- el polémico esquema de impuestos a las exportaciones de granos que desencadenó varios paros rurales desde marzo.
Sin embargo, esta vez Cobos no podrá desempatar la votación en caso de ser necesario, como le corresponde siendo jefe del Senado, ya que durante la gira africana de Fernández se ha quedado a cargo de la Presidencia.
Además, el oficialismo parece contar con suficientes votos en la Cámara alta como para aprobar la estatización de las pensiones.
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